La Organización Mundial de la Salud, OMS, acaba de anunciar que la hipótesis acerca de que las ideologías extremistas están causadas por un virus hasta ahora desconocido, como había mantenido el neurobiólogo Andrés Cifrado, han sido confirmadas en los laboratorios de las más prestigiosas instituciones farmacéuticas.
Al parecer el causante es un virus desconocido hasta hoy, y que ha podido ser visualizado con potentes microscopios, y que la comunidad científica ha denominado como Descerebrado X-13, ya que causa en el paciente que lo incuba y desarrolla una incipiente y desproporcionada propensión a extremar su pensamiento e ideología hacia conclusiones que no se paran a valorar la equidad, la lógica o la justicia. Además se ha comprobado cómo su persistencia tiende a creer en el sujeto que lo sufre, la negación constante de aquel pensamiento que no coincide con el propio y una alocada necesidad de imponer y propagar su punto de vista, llegando en las fases finales de su desarrollo a hacer creer que todo su empeño está causado por un bien objetivo y una causa noble, paso último antes de que el sujeto sea un total autoritario.
La propagación y contagio de esta nueva enfermedad, sin embargo aún no está clara, ya que aunque en un primer momento se creyó que la causa provenía de mantener relaciones sexuales con un sujeto infectado. Nuevas averiguaciones apuntan a que el aire o el mero contacto continuado con un infectado, podrían introducir por la palabra y la falta de un pensamiento crítico propio, sano y buen desarrollado, la enfermedad; incluso a través de medios tan peregrinos como Internet y las Redes Sociales.
La vacuna aún está en desarrollo, aunque se prevé que en pocos años salga a la venta. Hasta el momento los sujetos que la han recibido, en pocas semanas comienzan a mostrar evidentes signos de mejoría, con un desarrollo de la flexibilidad mental, el diálogo y la discusión creativa. Pero sobre todo por una verdadera actitud democrática y un desarrollo de la ética que los termina convirtiendo en seres humanos equitativos, justos y solidarios. Lo que convierte a este descubrimiento en una gran noticia para el futuro de la Humanidad.