Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, acaba de anunciar que gracias a un acuerdo en el Congreso americano entre los dos principales partidos, Demócrata y Republicano, a partir de ahora las Invasiones de otros países, para defender la libertad, la democracia y los intereses americanos en el exterior, USA dejará de enviar contingentes armados. En su lugar jura solemnemente, ante Dios y los norteamericanos, que enviarán ingenieros, arquitectos, médicos, profesores y atención humanitaria. Porque, según sus palabras, es mejor invertir en cariño y afecto, que en el odio que causa la guerra y la destrucción, aplicada hasta ahora.
Para justificar esta decisión imprevista, puso el ejemplo de la invasión de Irak de marzo de 2003, llevada a cabo durante el mandato de G.W. Bush, por ser dijo, una de las más conocidas y recientes. En ella, hasta finales de 2011 que hubo una retirada formal, dijo: “Pareció que nuestro país, con la excusa de las supuestas armas de destrucción masiva de Saddam Hussein, sólo buscaba controlar y disponer de la gran reserva de petróleo que se encuentra allí, a la par que incitar a que nuestra poderosa industria armamentística hiciera negocio. Cuando todo el mundo sabe que Estados Unidos representa y representará en el mundo el gobierno de la ética y la justicia universal.”
Y luego prosiguió: “Por ello, cuando después de destruirlo todo y autoproclamarnos los reconstructores de aquel país maltrecho, empezaron a saltar escándalos, como el del interventor estadounidense Robert J. Stein Jr. que se hizo desviar y se fotografió con 57.8 millones de dólares. O la imagen de que 125.000 millones de dólares destinados a contratistas americanos y funcionarios locales para la reconstrucción, diera la imagen de saqueo porque las únicas obras y grúas estaban en la Embajada Estadounidense, no debe repetirse.”
Y terminó con estas palabras: “En Irak hemos propagado una imagen desafortunada e irreal de lo que el pueblo americano y su gente representa. Y eso no debe volver a ocurrir. Por ello ha sido una ardua y difícil decisión, pero necesaria. Ahora los países que necesariamente sean invadidos por nosotros, cuando nos retiremos de allí, nos querrán y siempre nos estarán agradecidos. Porque en lugar de destrucción les daremos infraestructuras, sanidad y educación.”
El aplauso estremecedor y la emoción, entre los cientos de medios de todo el mundo desplazados, ha marcado la actualidad de este día a nivel mundial. Hoy comienza, sin duda, una nueva era.