Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español, acaba de afirmar en su última comparecencia pública, a través de un televisor de plasma, que abandonará la presidencia si, a partir de ahora, se prueba que algún miembro de su partido ha estado relacionado con algún caso de corrupción.
El anuncio ha desatado dentro del partido conservador, una serie de declaraciones de intenciones de diferentes pesos pesados, en lo que ya se ha considerado como una carrera inequívoca hacia la sucesión. Y es que con la gran cantidad de casos abiertos como la trama Gürtel, Brugal, Nóos, el saqueo de Emarsa o la supuesta financiación ilegal del partido con Bárcenas a la cabeza, y con las recientes condenas de Rafael Blasco o de Carlos Fabra, parece que ni dentro del partido dudan de que es cuestión de tiempo, y que si mantiene su promesa, antes de finales de este año tendrá que dimitir.
María Dolores de Cospedal no ha tardado en afirmar: “Mariano es un hombre ejemplar, y si dice que dimitirá, lo hará. Sabe que no quedará ningún vacío de poder, porque hay dirigentes limpios y honrados como yo, que he demostrado en mi presidencia de la Comunidad de Castilla La Mancha que queremos pasar la aspiradora y regenerar a los que han usado nuestro partido para manchar su nombre.” José María Aznar, preguntado por el asombroso ofrecimiento de su delfín, dijo que si España lo necesita, siempre ha dicho que está dispuesto a volver y a sacrificarse por los españoles, como ya hace su abnegada esposa, por los madrileños que tanto la quieren.
El PSOE, por medio de su nuevo secretario general Pedro Sánchez, ha afirmado que el Presidente del Gobierno debía haber dimitido hace bastante, y que si lo hace en el futuro, que antes alcance con ellos un acuerdo para reformar la ley Orgánica electoral, para que así no sólo el PP se pueda beneficiar de esa reforma.
Los rumores también se han disparado en las últimas horas y hay quien dice que el anuncio de Mariano Rajoy se debe a que el ex tesorero del PP, Luís Bárcenas habría hecho llegar a la Moncloa un video que recoge la entrega de los supuestos sobres en el que aparecería el actual Presidente del Gobierno, y que temiendo que en cualquier momento se hiciera público, habría precipitado su decisión.